Teoría del ciclo de vida

Teoría del ciclo de vida es un conjunto de relatos, dividido en cuatro partes más una intro:
1.- Perversidad 2.- Everest 3.- Ficción 4.- Así

viernes, 23 de marzo de 2012

3.- Ficción


Dejarnos llevar
No nos queda tiempo ni para odiarnos.
Idas y venidas a ningún lugar,
simulando un ajetreo que impida vernos,
temiendo que si lo hacemos,
todo se irá definitivamente al traste.

¿Y por qué no hacerlo?
¿Por qué no dejarnos llevar?
Si ése parece ser nuestro destino, ¿por qué demorarlo?
Con lo sencillo que es no quererse,
nosotros hacemos de eso un problema.


Qué eterna es la espera mientras te vistes
Qué eterna es la espera mientras te vistes.
No es de esas veces en la que te espero ya vestido mientras tú lo haces,
porque no te espero, te vas y lo haces sola y lo haces definitivamente.

Es mayor la espera tras otra discusión,
en la que estabas con el pijama de rombos que tanto me gustaba
y que ahora yace muerto en el sofá, sin cuerpo, sin ser vivo que lo habite,
pero como único recuerdo que me lleva ahora mismo hacia ti.

No es de esas veces que te vistes
y yo me acerco mientras lo haces
y te ayudo con el sujetador o con la cremallera del vestido,
o simplemente me acerco mientras te vistes y observo y tú te dejas ver.

No es de esas veces.
Ahora ya no es de esas veces.
Estoy sentado como siempre pero esperando el portazo que anuncie tu marcha.
Qué eterna es la espera mientras te vistes.


Rendirnos
Justo sin pretenderlo, acaba uno en medio de la acción.
Ni avanzar, ni dar media vuelta atrás se puede.
Atrapado por la vorágine del terror,
hay momentos en los que es mejor levantar los brazos y rendirse ante lo evidente.


Presenciar la derrota
He vuelto a no ganar,
que es una manera menos dramática de decir que he vuelto a perder.
Creí que esta vez podría ser, ingenuamente lo creí.
Pero parece evidente que la gloria no me está destinada.

Fíjate en la forma de caer de rodillas ante tus silencios.
Fíjate en la manera de despojarme de la serenidad ante una situación ya vivida.
Ligeramente sale el sol como consuelo,
pero poco más queda por hacer que esperar y presenciar la derrota.


Ella es cruel, pero es ella
Tu vestido rosa, tu traje de domingo, tu lazo en el pelo.
La sonrisa de una santa, los zapatos de terciopelo, calcetines blancos,
falda desorientada, ojos color piedad, guantes a juego…

Y tú sonríes, esperando mi llegada, pie levantado,
zancadilla dispuesta, tan cruel como siempre,
esperando mi caída al llamarme para jugar.


Deficientemente te quiero
Me enfrento a una dura prueba cada día.
Verte y no amarte.
Por ahora suspendo mi tarea.
Suspendo y con creces.
Deficientemente te quiero.


Enfermos
Enfermos de felicidad,
nos empeñamos en que nada pasara,
justo hasta anteayer,
que sanamos definitivamente.

Ahora la sensación es de impotencia,
ahora no podemos hacer nada,
rendirnos a la adversidad,
como castigo de nuestra pereza acordada.

Los labios no se acercan,
los labios se diluyen en miles de millones de segundos de castidad impostada.
¿Cuándo volver a enfermar?
¿Por qué no contagiarnos ahora?


Te creo ver tantas veces
Te creo ver tantas veces.
Allá a lo lejos, o cerca, a mi espalda.
Sentada en el parque o tocando en boulevard.

Te creo ver tantas veces.
En ocasiones el tiempo me demuestra que no eras tú,
pero otras tantas veces me quedo en la incertidumbre.

Suelo cruzar vías, cambiar mi destino, escalar pisos o adentrarme en autobuses desconocidos cuando te creo ver.
Te veo tantas veces que la frustración me mata.
Y entonces me imagino en la posición contraria.
Esperando oír mi nombre y encontrarte sonriendo, sorprendida,
recordando aquellos tiempos en los que no hacía falta buscarte.


Denominaciones
Lo que sentimos, ¿cómo se llama?
Amor, desamor, amistad, admiración, intriga, confianza.
El lenguaje pierde su forma. La realidad la supera.
¿Yo qué soy? Un amigo, un amante.
Un derrotado más. Un nombre más a tu lista.
Yo qué soy, qué merezco.


Paciencia
Aunque dijiste que no, yo seguí insistiendo.
Aunque gritas que no, yo sigo insistiendo
Aunque jures que no, yo seguiré insistiendo.
A pesar de la distancia, yo continuo insistiendo,
hasta que no logre un sí, seguiré imperfecto,
nada es completo hasta un segundo después de tu confirmación.

Aunque sigues con un no, yo sigo preguntando
Aunque llamaste a otro por error, yo sigo confiando que,
por más que pasen por tu piel, por más que lloren ante tu altar,
yo te merezco, creo que te merezco.
Seguiré aquí hasta el fin del mundo, y mil horas después, seguiré insistiendo.


Lo que puede llegar a hacer el deseo
Lo que puede llegar a hacer el deseo.
Acorta la distancia y desvirtúa la realidad.
Hoy te he encontrado en tres personas.
Te vi en la piel blanca de la primera.
Te observé en la lectura desaforada de la segunda.
Me recreé en la mirada perdida lanzada en el atardecer de la tercera.

Eras tú aunque no te dieras cuenta.
Te puedo ver en cualquier instante.
Ésa es mi virtud y mi defecto.
Porque puedo apreciarte a todas horas, pero no puedo beberte, acariciarte, susurrarte en el instante.
Lo que puede llegar a hacer el deseo, quererte más cuanto más lejos te tengo.


Olvidar
A veces, al dormir, el deseo es irremediable.
Olvidarla es lo más cercano al descanso.
Pero al despertar, aún permanece en tu cabeza.
Está ausente pero la sientes más cerca, y cuando estuvo cerca físicamente es cuando más ausente se sentía.
Extraña condición ésta.

Ya estamos cansados de esta velocidad.
Ahora la sensación de hastío es inevitable.
Sin él, sin ella, ni con él ni con ella, ni hoy, mañana o nunca.
Parecemos marcados para la dependencia instantánea, no eterna.
Y nada perdura. Nunca nada lo ha hecho.


Asesinando a la belleza, huérfanos por dentro
Quisimos ser eternamente bellos, y en la indefinición nos perdimos.
Confundieron nuestros deseos.
Somos eternos, sin más.
Y el tiempo nos abrasa a su paso.
Lo que parece importar es lo que muere primero.
Me di cuenta tarde, pues ya no quedaba belleza ni en mi rostro ni en mi mirada.
Muerto también por dentro, aprendí la lección:
Ahora simplemente quiero ser eternamente eterno.


La fotografía
No sé exactamente si eres real o pura imaginación,
sólo sé que me apetece estar en ese lugar y a tu lado justo en este instante,
quizás en cualquier instante, quizás para toda la vida.

Resulta que la imaginación me juega una mala pasada y eres sólo imagen,
no carne, no arena, no agua.
Pero tu recuerdo persiste.
Allí estaré cuando así lo necesite.
Espero que tú también.


Vosotras no sois como ella
Vosotras no sois como ella.
Podéis pareceros con esa forma de vestir tan irregular,
con el pelo ondulado e incierto,
pero no sois como ella.

Podéis imitar su acento, acelerar la sonrisa y caminar como ella hace,
podéis adularme, acercaros y susurrar eternas palabras de amor.
Podéis hacerlo y yo caeré en vuestra tentación,
e incluso os diré que sois únicas y mejores que nadie,
pero no sois como ella.


Ficción
Anoche traté de recordar los buenos momentos contigo.
Pero al final siempre acabo viéndote marchar.

Tuve que recurrir a la ficción para así hacerte anhelante de mis besos,
te hice dependiente de mis abrazos,
vi en tus ojos el rubor del que se siente observado.

Dime por qué tengo que recurrir a la imaginación para que me quieras.


Pareces tú la que caminas

Pareces tú la que caminas en dirección contraria a la mía.
Apareces tú a apenas un metro de mis ojos.
No encuentro respuesta a mi mirada inquisitiva.
Ya estás tan lejos que no surten efecto mis gritos.
Parecías tú la que caminabas.
¿Eras tú?

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