Teoría del ciclo de vida

Teoría del ciclo de vida es un conjunto de relatos, dividido en cuatro partes más una intro:
1.- Perversidad 2.- Everest 3.- Ficción 4.- Así

viernes, 30 de septiembre de 2011

La jauría humana (otra vez)

Ya que anteriormente mencioné La jauría humana, una de mis películas preferidas, aquí un extracto de la novela en obras en la que también dejo caer esa preferencia.

"Volvimos al salón para terminar de ver la película. Brando fue apaleado por defender a Redford. El pueblo se agitaba ante dos hombres defenestrados. La miseria se ve en los ojos del que se cree superior. Desde su perspectiva todo es comodidad, así que no les provoca nauseas levantarse cada mañana, colocarse su mejor sonrisa e impostar un saludo afectuoso. Es espantoso intuir que ahí afuera no existe el sufrimiento."

Cosas que me hacen sentir bien: Un gol en el último minuto.
Cosas que me hacen sentir mal: La interinidad.

martes, 20 de septiembre de 2011

Historia de una noche: La jauría humana y Picnic.

De una celebración, de una noche de fiesta pueden surgir los peores instintos. Quizás sea el alcohol tomado después del Picnic lo que hizo estallar la jauría humana.

Me fascinan esas historias de una noche, donde todo era maravillosamente tranquilo o grácilmente encantador, donde todo se desencadena como por casualidad.

En La jauría humana, Brando debe defender a Redford de las garras del pueblo que se cree en posesión de la justicia.



En Picnic, William Holden llega por la mañana y desestabiliza con su torso desnudo (Un tranvía llamado deseo) a unas hermanas en pleno fervor sexual y a una maestra solterona (doblemente Un tranvía llamado deseo).



Cuidado con lo que hagas esta noche. Puede cambiar tu vida.

Cosas que me hacen sentir bien: La educación pública.
Cosas que me hacen recaer: Esperanza Aguirre.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Lecturas de verano

Lectura para el verano: el tocho. Por lo que sea, porque tienes más tiempo o porque es más llevadero, para el verano, un buen tocho con sus 600 páginas como mínimo. Ya es una costumbre, aunque la escritura de Bolaño no sea muy recomendable para ese tiempo, da igual, ¿es un tocho? Pues para el verano. En los últimos años:

2011 – Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño.
2010 – Tom Ripley (Tras los pasos de Ripley y Ripley en peligro), de Patricia Highsmith.
2009 – Tom Ripley (A pleno sol, La máscara de Ripley y El amigo americano), de Patricia Highsmith.
2008 – 2666, de Roberto Bolaño
2007 – América, de James Ellroy.
2006 – Príncipes de Maine, de John Irving.
2005 – Moby Dick, de Herman Melville.
2004 – Suave es la noche, de Scott Fitzgerald.

Y para el verano que viene, ya tengo reservada la lectura: Homicidio, de nuestro adorado David Simon. Qué ganas de que llegue el próximo verano.


Cosas que me hacen sentir bien: David Simon.
Cosas que me hacen recaer: Silvederma.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Fin del verano

Ah, qué bendita melancolía. Para los que somos adictos a ella, para los nostálgicos por naturaleza, el final del verano es un momento ideal. Es momento para recordar, si hay algo que recordar. Momento para interiorizarlo y dosificarlo para las tardes de otoño o invierno.


“Sabes que acabó el verano, y regreso a la ciudad, han cerrado la piscina, aunque aún nos quede el bar”

Sí, me gustan esos momentos. Como cuando eras pequeño y en el pueblo jugabas con las chicas que también iban sólo en verano, como en el final de Verano Azul, como cuando llovía, tiene que llover en las despedidas, y le dabas un beso en la mejilla y sabes que esa sensación duraría hasta el verano siguiente. La novela en obras comienza en el final del verano, y cuando llegó septiembre, de repente empezamos de nuevo.

Surge septiembre de la nada. Con él parece que el mundo cambia pero no es así. Nos engañan año a año con aquellos anuncios que nos preparan para un nuevo curso. Lo mejor para su hijo: las mochilas, los cuadernos, los nuevos lapiceros. Todo cambiaba siempre en septiembre, más que en cualquier enero. Siempre viví de septiembre a septiembre. Los libros de la escuela recién forrados, el peso del nuevo diccionario, el olor de los rotuladores al pintar.

Cosas que me hacen sentir bien: Las galletas pasadas de fecha.
Cosas que me hacen recaer: La vuelta a la ciudad.