Llevando este tema a esta novela en obras, cuatro pilares la sustentan: Padre, madre, hijo e hija y su lucha de no se sabe quién contra quién para subsistir.
Una prueba de ello, aún en obras: Algo había en su mirar de temor. Creo que trataba de disimular su miedo con su aspecto tosco, su voz impostada, sus movimientos torpes. Había días en los que me llegaba a dar pena esos ojos enrojecidos, casi llorosos, esos silencios, esos rencores por algo que aún no pude descubrir, pero que por desgracia me trasladaría de herencia padre-hijo. Quién me diría entonces que ese hombre derrumbado sería yo mismo sólo un tiempo después. ¿Crees que soy él, Virginia? Ahora, en este tiempo que ha pasado, ves en mí su tristeza, ves en mí esa depresión cercana al delirio. Mira mis ojos, ves en ellos lo que he descrito, yo así al menos lo siento.
Páginas: 6
Libro de referencia: Las vírgenes suicidas, de Jeffrey Eugenides.
Película de referencia: Las vírgenes suicidas, de Sofia Coppola.
Mi pregunta... es sano crear teniendo referencias sin estar al borde del precipicio del plagio. Sin darte cuenta.
ResponderEliminarAunque no tuviera referencias, sería un plagio, ya está todo escrito. Además, para un escritor mediocre como yo, debo tomar nota de lo mejor de lo mejor para poder crear algo medianamente potable. Pero que conste, que la historia tiene su curso propio, aunque haya afluentes que lo crucen. Qué metáfora tan cojonuda me ha salido.
ResponderEliminar